En la noche del pasado viernes, 15 de abril, nos sorprendía la noticia de la decisión de FIBA Europa de sancionar a varias federaciones nacionales a no disputar el Eurobasket 2017, por “comportamientos abusivos de la Euroliga hacia los clubes y las ligas”. Dicha sanción, según Kamil Novak Director Ejecutivo de FIBA Europa, podría extenderse a la imposibilidad de que dichas federaciones disputen los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro este verano. Al parecer, hay un total de 14 federaciones afectadas y entre ellas estarían Serbia, Croacia, Eslovenia, Rusia, España, Italia, Lituania o Turquía.

La disputa que subyace es el deseo de FIBA Europa de crear la FIBA Basketball Champions League, competición que colisionaría en intereses y protagonistas con la Euroliga de baloncesto. La Euroliga nació en 2001, bajo la idea y proyecto del ex Secretario General de la Liga ACB Jordi Bertomeu, que consiguió juntar en una competición privada a los mejores clubes europeos. Dicha competición ha ido creciendo en nivel deportivo, interés y repercusión desde su creación, así como en volumen de ingresos y capacidad económica. De esta manera, la competición europea organizada por FIBA Europa se ha ido quedando con protagonistas secundarios o de menor nivel.

Este año, FIBA Europa ha vuelto a la carga tratando de crear su propia Euroliga, reviviendo esa lucha por conocer quién ostentará la gran competición continental que hubo en los inicios de la década de los 2000. El problema que se ha encontrado dicho organismo es que la Euroliga está muy bien estructurada, prevé un cambio de competición para la próxima temporada cuyo formato de competición pasará a ser el de una liga regular, en semejanza con las competiciones domésticas y, como punto fuerte más importante, una solvencia económica garantizada. FIBA Europa observa cómo es difícil que pueda ganar esa batalla, por lo que ataca a la Eurocup, segunda liga privada europea y organizada por la misma empresa que la Euroliga. Conviene traer aquí parte del texto enviado por FIBA Europa a las federaciones:

Con la excepción de los 16 equipos de Euroliga, cualquier federación nacional que apoye prácticas de vinculación ilegales con la Euroliga permitiendo a sus ligas o clubes aplicar acuerdos con ella perderá automáticamente el derecho a participar en las competiciones de equipos nacionales organizadas por FIBA Europa

En definitiva, FIBA Europa sanciona a federaciones nacionales porque equipos que figuran en su territorio juegan la Eurocup, y no sanciona porque otros equipos jueguen la Euroliga.

Jurídicamente tiene difícil explicación, dado que más allá de que no parece haber normativa legal que ampare dicha sanción, se está sancionando a federaciones por aspectos sobre los que no tienen competencias.  La ACB es una liga privada e independiente de la FEB, como ocurre con otras ligas europeas. Es decir, veo difícil que la Federación Española de Baloncesto pueda decir al Valencia Basket o al Herbalife Gran Canaria en qué competiciones deben jugar. Valga un ejemplo práctico para esta explicación: Se está dando el caso de que una asociación (FIBA Europa) sanciona a otra asociación (FEB) por un acuerdo que llevan a cabo empresas que poco tienen que ver con esas asociaciones, por ejemplo una Sociedad Anónima Deportiva (como el Obradoiro SAD) con una empresa radicada en Luxemburgo (ECA, empresa que gestiona Euroliga y Eurocup).

Personalmente me parece un tiro en el pie por parte de FIBA Europa, dado que su medida perjudicaría directamente a su gran competición propia (el Eurobasket de 2017) y supone una medida de presión desproporcionada de cara a conseguir su tan ansiada competición europea.

¿Qué les parecería a ustedes que se dispute una Copa del Mundo o unos Juegos Olímpicos, sin la selección de Estados Unidos por el simple hecho de que los clubes de la NBA juegan una competición no organizada por FIBA?

LA PARALIZACIÓN DE LAS LIGAS DEPORTIVAS

Con la paralización de las ligas deportivas por la pandemia del COVID-19, sean profesionales o amateurs, las redes sociales se han convertido en un foro de información, desinformación, opiniones y también de exhibición de un gran talento humorístico. Primero, las opiniones versaban sobre si se debía jugar a puerta cerrada o no y, pocos días después, sobre si se deberían paralizar las competiciones. En medio de todo este caudal comunicativo, algunos entrenadores de baloncesto como Pedro Martínez se han mostrado partidarios sobre jugar a puerta cerrada y luego aliviados por la suspensión de la competición. Otros, como Pablo Laso, han recomendado quedarse en casa para evitar posibles contagios.

En este momento, se han cancelado prácticamente todas las ligas deportivas que conocemos, hecho que no ha saciado la sed de debate del aficionado. Dado que ahora no es posible discutir las alineaciones, las tácticas, los cambios de los entrenadores o las decisiones del VAR, tenemos un nuevo motivo de discusión entre aficionados que radica en el elucubrar qué ocurriría si las ligas se paralizan definitivamente: ¿cómo se determinará la clasificación de los equipos?, ¿debería haber ascensos y descensos?. Preguntas que los aficionados al deporte nos hemos hecho y que tienen una difícil respuesta dado que la normativa deportiva suele remitir a los comités organizadores de las ligas las decisiones sobre la suspensión de estas. Pero, como es obvio, no regula las medidas a adoptar en situaciones como la que nos ocupa, entre otras cosas, porque desconocemos el alcance de la suspensión de las ligas y si afectará a toda la temporada en vigor.

Hasta el momento se han escuchado diversas posibilidades como la de que las respectivas clasificaciones se queden como están en el momento de paralización de las ligas o la de que se tenga en cuenta la clasificación de la primera vuelta de cada competición. Pero lo cierto es que todas ellas adolecen de una enorme falta de seguridad jurídica, dado que son hechos novedosos y de causa mayor los que han paralizado las ligas y que, a día de hoy, no se sabe si se podrán reanudar o no. Señalo esa falta de seguridad jurídica porque no hay una norma escrita que disponga lo que podría ocurrir si se suspenden las ligas.

La mayoría de las ligas disponen que sus organizadores tomarán las decisiones relativas a la posible suspensión o cancelación de las mismas. En algunos deportes como el fútbol, quien toma las decisiones es un comité entre la RFEF y la Liga de Fútbol Profesional. En otros, como el baloncesto, son los propios clubes los que deben adoptar la decisión. Pero lo más común es lo que ocurre en el balonmano y la mayoría de los deportes, en los que la decisión la debe tomar un Comité de Competición. Esto significa que únicamente en baloncesto la decisión la tomarán los propios clubes, decisión que tendrán que adoptar por una mayoría cualificada.

En mi opinión, la única solución posible es la de la cancelación (no suspensión) de las competiciones, es decir, tenerlas como no desarrolladas. Tenemos que convencernos del paréntesis que esta situación extraordinaria supone y, en cuanto la

normalidad vuelva a nuestras vidas, celebrar unas nuevas competiciones, con nuevos proyectos deportivos, nuevas ilusiones y nuevos debates, entreteniéndonos y disfrutando de la actividad deportiva.

Podéis leer el artículo en el diario Faro de Vigo del 15 de marzo de 2019 en este enlace

https://www.farodevigo.es/opinion/2020/03/15/paralizacion-ligas-deportivas/2263044.html